9 abr 2013

El cuerpo de Pablo Neruda fue exhumado el día de ayer

Ayer lunes fue exhumado el cuerpo del poeta chileno Pablo Neruda luego de haber transcurrido treintainueve años de su muerte en 1973. Los antecedentes de este hecho se remontan al 2011, cuando Manuel Araya, chofer del fallecido Nobel de Literatura, insinuó en una entrevista que el mismo pudo haber sido asesinado; esto, motivó al Partido Comunista —de Chile— a presentar una querella en mayo de ese año para pedir la apertura de una investigación judicial. De manera que en febrero de este año el juez Mario Carroza, de la Corte de Apelaciones de Santiago, decidió que habría que desenterrar los restos del escritor.

En las labores de exhumación participan cinco expertos del estatal Servicio Médico Legal, cuatro peritos de la Universidad de Chile y cuatro expertos internacionales, entre quienes están la toxicóloga Ruth Winecker y tres españoles, el toxicólogo Guillermo Repetto, el cirujano Aurelio Luna y el médico forense Francisco Etxeberría; informó Yahoo! Noticias España.

A todas estas, lo que arguye el Partido Comunista es la supuesta utilización de una inyección letal para asesinar al autor de «Veinte poemas de amor y una canción desesperada» por orden de la emergente dictadura de Augusto Pinochet. En contraposición a la versión oficial que dice que Neruda falleció en una clínica privada el 23 de septiembre de 1973 a causa del cáncer de próstata que sufría desde hacía años. Así pues, Miguel Araya mantiene que el escritor fue asesinado ese mismo día, en vísperas del viaje que lo habría llevado al exilio a México, donde podría convertirse en un azote al emergente régimen militar.

Por otro lado, uno de los sobrinos de Pablo Neruda está en contra de este acto, informa también Yahoo! Noticias España, porque considera que la teoría del asesinato es herrada. En una entrevista difundida por CNN Chile, Bernardo Reyes, sobrino del difunto, declaró que: «La dictadura no tuvo que ver en ese proceso. El proyecto Andrea, que lo desarrolló el Ejército de Chile con ayuda estatal, empezó a desarrollarse, de acuerdo a las declaraciones de Michael Towley, el año 76». Dicho proyecto le permitió a la dictadura producir gas sarín y utilizarlo en inyecciones letales aplicadas a sus opositores.

Reyes considera que la investigación se ha convertido «en un circo del cual no deseo ser parte», y asimismo afirmó que no piensa dar más declaraciones en televisión y planea mantenerse al margen de los acontecimientos.

Y es que la posibilidad de encontrar evidencia concreta que demuestre que Neruda fue asesinado resultará difícil, por no decir que será una tarea titánica. Así lo considera el periodista mexicano Mario Casasús, en el diario Hoyxhoy. Dice que «es prácticamente imposible que se logre determinar la presencia de una inyección letal» en sus restos ya que han pasado casi cuarenta años de la muerte del poeta.

Y es que en situaciones como estas, y en lo que podría descubrirse, sólo el tiempo tendrá la palabra.

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